Hay muchos modelos de crianza con enfoques diferentes. Yo me entrené en el modelo de crianza llamado Disciplina Positiva desarrollado por Jane Nelsen. Este modelo está basado en teoría Alderiana y sugiere que estamos cableados para pertenecer, cada célula de nuesro cuerpo quiere conexión con otra persona.
Jane Nelsen sugiere que detrás del “mal” comportamiento de un niño/a hay una necesidad emocional que necesita ser atendida. Cuando un niño/a tiene un “mal” comportamiento hay un mensaje en código, encriptado por así decirlo, detrás de ese comportamiento. Hay una meta que el niño/a está tratando de lograr con su comportamiento. Dicha meta está relacionada con su necesidad de pertenencia.
Para ilustrar este concepto, déjeme darle un ejemplo: un niño/a está llorando, se siente derrotado y se da por vencido/a haciendo la tarea. El niño/a seguramente le provocará a su papá/mamá una reacción similar a: ¡¿Pero, por qué?! ¡Si sólo es una simple tarea! ¡¿Pero por qué lloras?! ¡Apúrate que tengo que hacer la cena y hacer mandados!
La intención del niño/a no es arruinarle la tarde (aunque así lo parezca), el mensaje encriptado y relacionado con la necesidad de pertenencia que tiene el niño/a sería algo así como: “Muéstrame el primer paso, muéstrame que soy capaz porque me siento incapaz, necesito que tengas fe en mí, estoy agobiado/a.” Sin embargo, el niño/a no tiene el lenguaje ni el entendimiento para decir este mensaje encriptado. Incluso a nosotros como adultos nos costaría trabajo decir este mensaje.
Cuando uno ve el comportamiento de un niño u adolescente bajo los lentes del apego (imagine que se pone unos lentes que le permiten ver las necesidades emocionales de su hijo/hija), entonces su comportamiento es mucho más fácil de entender y usted como padre/madre/guardián puede responder de maneras en las que esa necesidad emocional es atendida.
Cuando estaba estudiando este modelo de crianza y practicándolo con mis hijos me di cuenta de que me sentía culpable cuando no respondía de las maneras en las que este modelo sugería. Era muy difícil ser una mamá disciplina positiva a lo largo del día. En una conferencia le pregunté a la creadora del modelo sobre esto y ella me respondió algo así como que uno no tiene que ser un papá/mamá disciplina positiva todo el tiempo. Uno no puede ser un papá/mamá disciplina positiva las 24 horas del día. Lo importante es responder acorde en “momentos clave” y tener calidad de interacciones vs cantidad de interacciones con nuestros hijos/as.
Mientras estaba entrenando en este modelo de crianza también me di cuenta de que podía ser una mamá más hacia la disciplina positiva cuando había dormido al menos 7 horas seguidas y había comido bien ¿Cómo puede uno sacar agua de un pozo vacío? El autocuidado es extremadamente importante, estar presente es algo que en mi opinión se tiene que hacer con intención. Si tomar tiempo para usted, pedir ayuda de su comunidad cuando lo necesite, tomar una siesta para recargar baterías y recargar su paciencia es lo que le va a ayudar a estar más presente, hágalo. Recuerde que se trata de tener tiempo de calidad con sus hijos vs cantidad de tiempo con sus hijos.
Algo que me gusta de este modelo de crianza es que considera disciplina como el acto de enseñar, criar a un hijo/hija es una oportunidad para enseñarle valores. En este modelo el niño/adolescente es respetado y los padres/madres son la autoridad. Sin embargo, son una autoridad firme y gentil a la vez, no una autoridad firme y castigadora o cruel.
Ser firme y gentil a la vez no quiere decir ser permisivo. Creo firmemente que los padres/madres deben de ser la autoridad en la casa, un niño/a o adolescente no puede ser quien mande en la casa. Una casa en la que hay estructura, reglas y consecuencias DISMINUYE la ansiedad en un niño/adolescente. Imagine un trabajo en el no supiera cuánto le van a pagar, a qué hora tiene que llegar, qué reglas y actividades tiene que hacer. Se sentiría muy desorientado/a y preocupado/a en este trabajo. La estructura, los límites, las rutinas y consecuencias disminuyen la ansiedad en un niño/adolescente.
A un niño/a o adolescente le va a costar trabajo entender, nombrar y regular sus emociones. Incluso a los adultos nos cuesta trabajo esto. Es nuestro papel como padres/madres/guardianes ser un “coach emocional” para nuestros hijos/adolescentes. Nosotros somos sus maestros de la vida, les podemos enseñar habilidades para identificar, nombrar y regular sus emociones.
Gran parte de mi trabajo cuando veo niños/adolescentes en terapia es practicar habilidades de regulación emocional. Tener habilidades de regulación emocional es lo que le va a ayudar a nuestros hijos/hijas a navegar decepciones, transiciones y retos. Ser capaz de regularse a sí mismos es una habilidad muy valiosa para la vida.
Cuando nosostros estamos tranquilos y presentes, nuestra corteza cerebral (cerebro lógico) está activada. Cuando estamos enojados, furiosos y gritamos, desactivamos la corteza cerebral y activamos el cerebro límbico (cerebro emocional). Cuando sentimos que estamos en peligro o nos sentimos amenazados activamos nuestro cerebro reptiliano (cerebro de sobrevivencia) y desconectamos el resto del cerebro. Cuando desconectamos nuestra corteza cerebral, nuestro hijo/hija desconecta también su corteza cerebral, su cerebro refleja/copia lo que ve y siente de nosotros. Esta es la razón por la que no podemos darles una lección cuando estamos furiosos y gritando. Si su corteza cerebral está desconectada la lección les entra por un oído y les sale por el otro.
Además, los niños/as, adolescentes y adultos jóvenes tienen su cerebro en desarrollo y cuando nuestro cerebro está en desarrollo a veces actuamos impulsivamente. Asimismo, cuando un niño/a o adolescente pasa por trauma, su cerebro de sobrevivencia se activa y su corteza cerebral se desconecta, lo cual hace que el aprendizaje y éxito en la escuela sea muy difícil porque para aprender en la escuela necesitamos que la corteza cerebral esté activada.
Cuando trabajo con niños y adolescentes invierto una cantidad significativa de tiempo con los padres/madres o guardianes. Todos queremos lo mejor para nuestros hijos y a veces hacer un cambio en la manera en que somos padres/madres significa romper con patrones generacionales. Quizás usted fue tratado muy diferente a como usted trata a sus hijos, quizás usted pasó por trauma y usted quiere hacer las cosas distintas con sus hijos.
Cuando trabajo con papás integro ideas del Dr. Daniel Siegel y trabajo con trauma. El Dr. Daniel Siegel sugiere que el trauma tiene mucho poder. Sin embargo, menciona que no se trata de lo que te ocurrió en el pasado, sino de cómo hiciste sentido de lo que te ocurrió en el pasado. La terapia es una oportunidad para hacer sentido del pasado, para procesar el pasado y para crear nuevos entendimientos y significados de lo que le ocurrió, para poder romper con esas historias en al familia que se repiten. Estoy aquí para apoyarlo/a.
Como educadora en disciplina positiva estoy disponible para enseñar talleres en disciplina positiva. Asimismo, el modelo de disciplina positiva informa la manera en la que trabajo con padres y madres. Como terapeuta familiar y de pareja también trabajo de manera sistémica cuando doy terapia con niños/as y adolescentes; trabajo con el sistema del niño/adolescente. Tengo experiencia dando terapia familiar y me he dado cuenta de que cuando la familia está involucrada en el tratamiento los cambios son más sostenibles.